23 de julio de 2008

Una tarde cualquiera

Como esta, en que después de escuchar 4 penas, 3 angustias, 2 dolores y un delirio que no alcancé a comprender (se me fue) mi mente es ocupada de súbito por una torta de milanesa con aguacate que acechaba desde un rincón, atisbando tras las confusas palabras que no llegaron esta vez a donde debían llegar. La acompañaré con una ciruela-casi-negra que rescaté del refrigerador.

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