9 de octubre de 2007

Melancolímano

Ojalá juvenezca felizmente mientras veo cómo el tiempo se va. Pero mi reloj es de sol y sólo sé medirlo en la sombra. Pero mi reloj es de arena y esa arena está loca.

4 de octubre de 2007

San Francisco y el lobo

Buenas noches -el lobo comenzó a hablar-. Estoy aqui por última vez (Verás:) En el bosque mis días solía pasar; salvaje y cruel, seguro en mi soledad. Tu voz me hizo ver, tu luz me alejó del mal. Los niños sonreían al mirarme y el amor me hacía llorar. Pero un día el hombre mal me empezó a tratar, abrieron heridas que no cerrarán jamás. Padre, ¡volveré a ser feroz! ¡Mi garra será mortal! ¡volveré a dar temor y el miedo será mi hogar! El bosque escuchará aullidos de tempestad. ¡Volveré a ser feroz, un rayo en la oscuridad!
La fábula (las historias repetidas, con su moraleja, acaban siendo fábulas) del lobo de Gubbio está aquí impresa en una canción de Seru Giran. En la imagen, el árbol navideño que inventan en ese pueblito italiano, sobre el monte, adentrándose en el bosque (seguro que sin lobo). Imaginémonos a los lobos jugando entre los árboles del árbol luminoso.