Grano a grano se hacen los castillos de arena.
Ola tras ola desaparecen.
¿Cómo sustraerse al influjo de la tierra y el agua que luchan en las tibias sábanas de nuestras costas?
9 de octubre de 2007
Melancolímano
Ojalá juvenezca felizmente mientras veo cómo el tiempo se va. Pero mi reloj es de sol y sólo sé medirlo en la sombra. Pero mi reloj es de arena y esa arena está loca.
Mejor loca que impasible.
ResponderBorrarUn saludo y espero que puedas visitarme.