Grano a grano se hacen los castillos de arena. Ola tras ola desaparecen. ¿Cómo sustraerse al influjo de la tierra y el agua que luchan en las tibias sábanas de nuestras costas?
21 de diciembre de 2006
La noche más larga
Un solsticio, una tarde que me es imposible recordar, nació una mujer. Una mujer itinerante, acertante (no errante), una mujer que dibuja y escribe y habla como si el aire fuera de papel, como si las letras fueran de colores, como si los trazos fueran verbos. Nació una mujer con amor y con amor empieza su nombre en tercera persona y en infinito infinitivo. Si me apuran, también en subjuntivo y eso incluye el universo.
Un día 21 como el que corre, como el que se lanza al azar esperanzado como a un mar, floreció. Ella es una mujer que tiene impedido marchitarse, y no lo hace. Y no lo hará.
La hermandad, esa cósmica casualidad, nos envuelve en un abrazo trascendente. Celebremos que estamos allí, mirando el cielo.
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