Grano a grano se hacen los castillos de arena. Ola tras ola desaparecen. ¿Cómo sustraerse al influjo de la tierra y el agua que luchan en las tibias sábanas de nuestras costas?
13 de junio de 2006
Camellos en la arena del reloj
Una vez escribí (o dije, que debería ser lo mismo), mientras miraba las borrascosas y violentas nubes en un cielo terso, empezando el día, terminando la noche... "¿Cómo sustraerse al influjo de la luna y el sol, que luchan en las tibias sábanas de nuestro cielo?". Ahora la luna, el sol, son las olas, los castillos de arena; las costas tomaron el nombre del cielo y su sutil y arenosa textura.
¿Cómo dejar de ver, cómo no quedar hipnotizado por esa lucha que nos jutifica y nos atropella y nos envuelve en ella? ¿Cómo dejar de ser lo que somos? Esa era la idea.
Ahora podemos ser sol, luna, mar, arena, camellos. Las sábanas están hechas de aire y tiempo.
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Hace tiempo que no visitaba tu blog. Ahora la arena se ha llenado de camellos invadiendo el tiempo.
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Por cierto, no sabes cuan bien me cayó hoy leer "y uno aprende..."
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'yo ya me canse de esta joroba de arena', dijo el camello
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'tenía tan grande el corazon , que se le salio por la espalda ', dijeron de "el camellito" en Nosotros Los Pobres...
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'...drogas no, dijo el camello, cuanto vales? dijo el gangster...'
Camello...animal fascinante al que me hice gran aficionada, pues desde hace dos años me invadió de repente en todos los lugares...en los tianguis, tiendas de prestigio, mercados, en cada esquina había un camello y no tuve mas remedio que sucumbir ante su encanto.
ResponderBorrarLos camellos te perseguirán, entrarán a los desiertos y encontrarán oasis (¿Cómo se dice en plural?¡Debe ser plural! ¡Deben ser muchos oasis!) Un camello bebe agua del oasis y así puede vivir muchos años, carga una joroba que paradójicamente lo aligera y le quita la sed, camina a paso lento por la arena que a otros se traga y cuando ha de correr, corre veloz sobre la arena movediza que se mueve monstruosamente con las masas de aire y tiempo.
ResponderBorrarEn esa sábana mágica, una parvada de camellos tiene un lugar.