
Grano a grano se hacen los castillos de arena. Ola tras ola desaparecen. ¿Cómo sustraerse al influjo de la tierra y el agua que luchan en las tibias sábanas de nuestras costas?
27 de agosto de 2006
3 x 5 quince

Como (er)ratas del barco
En ocasiones las letras se arrastran por la mesa. Uno se intenta desperezar y las arrrstra arrastra como granos de sal, de azúcar, como la suciedad queno que no se va con la escoba. Las palabras así desparramadas se resisten a ser mías, mis dedos son insuficientes. Apenaz Apenas una pizca por aquí y otra allá y ya va una uba y otra letra a cambioarse cambiarse de lugar, una palabra palbra se me pulveriza en la boca y otra de deshace de contento, se me quedan en la punta de la lenua lengua y desaparecen al fin. Dije se arrastran, pero cuando están más despiertas que yo juguetean y saltan, brincan y se esconden.
Saltapatrás es la palabra que as las define en ese momento.
22 de agosto de 2006
La negra es noche

18 de agosto de 2006
Otras Favoritas lágrimas

Son letras lagrimosas y a veces lacrimógenas. Pero hay letras verdaderamente lacrimales:
La "lagrimal terminal" (ver imagen) que es ese final de algunas letras (c, f, g, j, r, y) en ciertas tipografías, que forman precisamente una lágrima al final. Tristemente, esas tipografías me parecen agradables a la vista.
No me gusta mucho la palabra lágrima. Me suena amarga y con grima. Aunque hay lágrimas así. Me gusta mucho más escuchar y leer teardrop. Me gusta cómo va cayendo el sonido tea-r-DROP y la punta de la lengua acompaña a esta lágrima solitaria que se deja caer desde un cielo dulce de té. (El cielo del paladar). Así llora una estalactita, en inglés.
17 de agosto de 2006
Epífora
Observen estas dos definiciones:
1.- Producción aumentada de lágrimas o disminución de la depuración de éstas a través del sistema lagrimal.
2.- figura retórica de dicción que consiste en la repetición de elementos al final de oraciones o versos.
Observen la epífora de ejemplo.
No digáis que la muerte huele a nada,
que la ausencia de amor huele a nada,
que la ausencia del aire, de la sombra huelen a nada.
Vicente Aleixandre
Cuando hay parálisis facial y se afectan los músculos que cierran los párpados el ojo permanece parcialmente abierto. Se irrita y entonces aumenta el lagrimeo para protegerlo.
Cuando hay una sensación, un sentimiento persistente, congelado en el pensamiento, la frase que escribimos tiende a terminar siempre recordando esta sensación. Supongo que para proteger algo.
Me gusta pensar en unas palabras formando una lágrima.
En muchos sonidos formando una lágrima.
En vivos colores formando una lágrima.
Y otra lágrima.
16 de agosto de 2006
Desde Jodorowsky
PSICOMAGIA EN UN HOSPITAL
(Estoy convencido de que estos médicos han leído mis libros)
Noticia aparecida en el diario francés Liberation:"Hemos operado y hecho transfusiones a más de 500 osos de peluche en estos últimos meses", explica muy seriamente el profesor Marcel Rufo, pedopsiquiatra en el C.H.U. de Marsella. En el "Hospital de la Timone" los osos de juguete reciben tratamientos y operaciones antes que los niños. Los pequeños sienten menos temor si ven a un oso recibir las mismas curaciones que ellos."
Esta noticia prueba una vez más que el cerebro acepta las metáforas como si fueran reales.
Este texto fue tomado de la página oficial de Alejandro Jodorowsky, sección La buena Noticia del Mundo.
Muy recomendable: http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/jodorowsky/home.htm
Una tarde cualquiera
Al salir a la calle, abandonar momentáneamente el cubo de cemento que habito, siento regocijo por una sensación muy primordial (primitiva, primaria, primigenia) en mi cuerpo primate. Era la caricia del viento fuerte y furioso que anuncia una tormenta. Era el espanto domesticado de escuchar un trueno cerca y a lo lejos al mismo tiempo, el cielo ruge y yo debajo de él, indefenso pero invencible. Es la respiración del cielo tocando la tierra, es la voz del cielo susurrando, es un roce planetario, una caricia en la piel de mi planeta. Y mi pelo se movía, mi piel se erizó. Esa cósmica caricia me tocó.
En la mitología azteca, Ehécatl es dios del viento y una de las formas de Quetzalcóatl. Su aliento mueve el sol y hace a un lado a la lluvia. Se enamoró de una muchacha humana llamada Mayahuel, y le dio a la humanidad la habilidad de amar para que ella pudiera regresarle su pasión.
Diosa Mayahuel. Imagen del Códice Borbónico. Dice el mito, que Mayahuel era una joven hermosa, que vivía en el cielo con su terrible abuela, una tzintzimitl (estrellas que diariamente tratan de impedir que el sol nazca). La bella joven huye con Quetzalcóatl [38 B] para amarse en un frondoso árbol convertidos en ramas; la abuela los descubre y envía a sus compañeras tzitzimime a matarlos. Quetzalcóatl se salva, pero Mayahuel muere carcomida por las estrellas. Sus restos son recogidos por Quetzalcóatl y tras enterrarlos, de ellos nace la primera planta de maguey, con la cual se produce el pulque, bebida ritual y ofrenda ceremonial para los dioses.

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